NHEER: Capítulo 3

Dos días ocupó Sasuke para elaborar eficazmente las listas de los donceles, donde apuntaba sus características. Su padre le había dado un plazo de cinco días para llevarle el informe, podía aprovechar todo el tiempo restante de la compañia de Naruto.

Estaba tan ansioso que a mitad de camino cogió la llave de los cuartos, la encajó en el cerrojo y lo giró.

-¿Naruto? -Preguntó Sasuke, intrigado por el silencio de la habitación.

-Señor Uchiha -Murmuró con nerviosismo uno de los tantos encargados-. A esta hora los donceles desayunan.

Luego de decir el mensaje el trabajador se marchó de los pasillos, Sasuke cerró la puerta y partió rumbo al comedor.

El bullicio era escuchado a unos cuantos metros de su ubicación, al parecer los donceles podían desenvolverse como gustasen, despues de todo era su recinto. Visualizó a través de los ventanales la cabellera rubia de Naruto, estaba sentado junto a tres muchachos más, conversando.

Se le veía tan feliz, sonriendo ante cada frase dicha y oida.

Deseó tener la suerte de ser elegido como pareja de Naruto.

Esperó en el portal del comedor, los donceles salían mientras charlaban. Al pasar por su lado Sasuke lo llamó, los donceles voltearon posando su mirada en él.

-Vamos.

Naruto se despidió de sus amigos, prometiendoles verse más tarde. El corto recorrido lo hicieron en silencio, Naruto no lo observaba ni mostraba indicios de interes sobre su presencia, de cualquier modo no debía hacerlo ya que el era un simple empleado en ese momento pero sentirse ignorado le angustiaba. Al ingresar al edificio el joven doncel hizo muchas reverencias, de las cuales terminó quejándose en voz baja. Cuando Sasuke abría la puerta Naruto murmuró con desagrado.

-Hagamos la famosa entrevista y desaparece-

Sasuke se sorprendió por la antipática actitud, frunció el ceño, pensó en reclamarle respeto que sólo aumentaría la molestía del doncel. Naruto se sentó sobre la cama y Sasuke sobre la silla del escritorio, extrajo una carpeta dondo estaban redactadas las indicaciones del procedimiento, las leyó una sola vez rápidamente, para asegurarse de lo que debía hacer por quinta vez. Buscó en su maletín una cinta de medición, Naruto se alejó al presenciarla.

-¿Qué se supone que harás con eso?

-Debo tener registradas las mediciones de tu cuerpo.

-No.

La negativa fue ignorada, Sasuke movió su dedo índice hacía arriba, señalandole a Naruto que debía levantarse para desarrollar la tarea sin inconvenientes. Le observó un par de segundos e hizo caso.

En las entrevistas anteriores los donceles retiraban los ropajes que cubrían sus cuerpos y a él poco le importaba que lo hicieran, pero ante sus ojos se presentaba la oportunidad de desvestir a Naruto. No lo consideraba una perversión, ni él mismo lo entendía, sólo quería hacerlo. No desaprovecharía la osada oportunidad. Naruto se extraño por la cercanía, retrocedió forzando sus piernas a mantener equilibrio.

-¿Qué? -Preguntó con rudeza el doncel.

-Yo debo hacerlo.

-¿Tú me vas a desvestir? Déjame respirar Sasuke.

Sus mejillas se tornaron rojas por dos motivos, Naruto había descubierto sus insólitas ideas y le había llamado por su nombre, a pesar de que se hubiese burlado de él al nombrarlo.

Tomó los bordes de la camiseta que traía puesta, y la alzó, obviamente Naruto se resistió.

-Es algo que debo hacer, doncel.

-Muéstramelo-Ordenó, golpeando las manos de Sasuke -Muestrame el dichoso papel que lo diga.

-No estás en el derecho de exigirme cosas. No pienso desperdiciar mi tiempo acá -Dijo con hipocresía-. Cumple las indicaciones.

-Bien -Accedió al instante, para sorpresa de ambos-. Rápido.

Naruto relajó su cuerpo para facilitar los movimientos de su ropa y los de Sasuke. Luchó contra los nervios que le producía la mirada inexpresiva de Sasuke sobre su cuerpo, contemplando cada extremidad que antes se encontraba oculta por telas. Sasuke rozó su piel, se regocijó del corto contacto realizado con cautela. Una vez libre el torso y brazos midió cada extensión de su cuerpo, Naruto se estremecía ante la fría cinta de medición que era apoyada sobre su cuerpo.

Los ojos del doncel parecían estar conectados a los de Sasuke, cada uno hacía lo que debía hacer sin embargo eso no fue un impedimento para observarse con tal intensidad. Ninguno se dignaba a ver otra cosa, inconcientemente disfrutaban de contemplar sus miradas.

-Ya terminé.

Fue bochornoso seguir en pie como si Sasuke aun no terminara de calcular las medidas de su cuerpo, cuando ya las estaba anotando en una de sus tantas hojas.

-¿No… medirás mis piernas?

-No es necesario -Volteó sobre la silla-. Los donceles poseen un cuerpo con mediciones perfectas, con sólo conocer las de tu parte superior podremos determinar las de tu parte inferior.

Asintió, sorprendido de su propio cuerpo. Se puso velozmente la camiseta y disimuló su aun presente vergüenza.

-¿Con que palabra te definirías? -Comenzó la entrevista Sasuke.

-Optimismo.

-¿Cuál es la más alejada a tu parecer?

-Indecisión.

-¿Alguna discriminación?

-Ninguna.

-¿Defectos del entorno?

-¿A que te refieres?

-Descontento hacía alguna característica de las personas o del propio lugar.

-Ehm… nunca lo había pensado. Supongo que al narcisismo y a la discriminación.

-Cualidades del entorno.

-Solidaridad y respeto.

-Estilo de vida.

-Ninguno en particular.

Sasuke continuó interrogandolo sobre aspectos de su personalidad y la pespectiva que tenía respecto al mundo narrado por los funcionarios del recinto. Naruto era muy preciso en sus respuestas, demostraba ya tener una mentalidad hecha con sus propios prejuicios y opiniones.

-Eso es todo.

-¿No me preguntarás…?

-¿Por tus poderes? -El doncel asintió-. Estan registrados.

-¿Qué sale?

-Capacidad curativa hacía los seres vivos, incluyéndote. Resistencia y fuerza 30 veces más alta que un varón promedio.

-¿Nada más?

-¿Tienes algo que agregar?

-Nada -Respondió tajante.

-Bien.

-Márchate, ya hiciste tu gran labor -Dijo sarcasticamente el doncel-. Debes estar agotado.

-Te oyes descontento -Le comentó con sorna-. ¿Acaso ha sido muy malo?

-Oh, por supuest que no -Imitó el tono utilizado por Sasuke-. Sólo me sacas toda mi información personal para llevarme con algún desconocido, ¿que importa? Si después de todo no es como si estuviese atado a este lugar lleno de personas insignificantes como tú Uchiha -Intentó expresarle el rencor que sentía.

-Este es tu destino Naruto, no puedes huir de él. Esta región te unirá a alguien de por vida y no podrás evitarlo -Sabía que aquel tipo de declaraciones afectaban a Naruto, pero la molestía era tan grande que sólo deseaba dañarlo-. Así que actua como el tranquilo doncel que deberías ser y resígnate.

-Jamás, nadie me conseguirá.

-Te tenemos encerrado aquí, ¿realmente crees que podrás ir contra nosotros?

Naruto lo observó con todo el odio que su mirada pudiese acumular, no habían palabras para rebatirle, tenía razón. Ese lugar, esos habitantes, esa familia, todos habían hecho realidad sus objetivos sin importarles la libertad que amaría disfrutar.

Estaban consumiendo su vida.

-¿Con que cara… me dices que los acepte? ¿Cómo pretendes que lo haga si me tienen aislado, si no me dejan integrarme, si no soy uno de ustedes? ¡Lo acabas de decir! ¡Me tienen encerrado! Nunca los aceptaré por voluntad propia, menos los aceptaré si ustedes no son capaces de aceptarme.

Esa vez fue el turno de Sasuke de darle la razón, contradecía sus propias ideas. Naruto tomó la perilla de la puerta abriendola.

-Obtuviste todo lo que necesitabas. Vete.

Sasuke presionó la puerta, cerrandola lentamente. Estaba arrepentido, cualquiera podría notarlo pero aun así no se disculparía oralmente.

Se había vuelto costumbre dejar el cuerpo de Naruto entre una superficie y el de Sasuke.

-Quiero que me hables sobre tu pueblo, sobre tu familia, sobre ti -Naruto negó.

-No lo haré. Quédate con la historia que te cuente tu familia. De mi no escucharás la verdad, no te daré el privilegio de conocer el principio de mi dolor.

-Naruto…

-¡Basta! Sal de mi habitación.

El adulto joven negó, ofuscado por la angustia que lo invadía. Definitivamente Naruto no deseaba relacionarse con él, y no hay peor sufrimiento para alguien enamorado que el evidente rechazo.

-Aunque no me quieras ver, yo vendré. Puedo… -Le recordó, sabía que no era correcto rememorarle el valor de su clan pero el verse en la posibilidad de no agradarle a Naruto le desesperaba.

-¡Eso Uchiha! ¡Aprovechate de tu maldito apellido! Por eso odio incluso este lugar, ¡porque en ningun lugar estoy libre de ustedes!

-Te prometí que sabría todo -Murmuró tomando el rostro de Naruto y acercandolo al suyo-. Ahora te prometo que volveré a escuchar tu historia.

-Incluso a la fuerza no podrás, ya te dije, no mereces saberla.

-¡Pues la sabre porque quiero conocer cada mínima cosa de ti!

Naruto se apegó más a la puerta, incrédulo de la confesión de Sasuke.

-Esto me está volviendo loco -Continuó-. Estás alterando mi mundo, y lo más insolito es que dejo que lo hagas. Comienzo a pensar que la sangre con la cual fui bendecido es mi perdición ahora, pero siempre he hecho lo que he querido y no será la excepción ahora.

Lo soltó con la delicadeza que lo caracterizaba y salió de la habitación, Naruto se deslizó por la puerta, preso de la agonía producida por los recuerdos y Sasuke Uchiha, que parecía no querer dejarlo en paz.

-Maldita sea… ¡Maldita sea! Si tan sólo no fuese un doncel… ¡detesto esto!

Su cuerpo cayó sobre el alfombrado piso. Ignoró todo, las lejanas pisadas de Sasuke, el sonido de los pajaros, la promesa hacia sus amigos.

Lo único que logro aparecer en su mente fue un juramento.

Lo haría, escaparía de ese lugar a toda costa.

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