NHEER: Capítulo 7

El joven azabache lo observaba con intensidad, recibiendo un claro reto por parte de su padre. Parecía que ambos pretendían transmitir tensión con sus gestos, y la evidente posición de desafío por parte de Sasuke empeoraba la situación.

Luego de unos segundos, Fugaku relajó su expresión facial, aprovechando el intervalo de calma para acariciar su frente intentando relajarse.

Sasuke rápidamente analizó su conducta, buscando el motivo de tal tranquila sonrisa que surcaba los envejecidos labios. Más interrogantes se acumularon en su mente y es que no se permitiría pasar a llevar cualquier indicio de desaprobación.

—Explícame la razón que te impulsa a pedirme semejante cuestión.

Mordiendo su labio inferior, volteó sobre su cuerpo y rondó por la oficina, rearmando las respuestas que preparó con tanto cuidado. Suspiró fuertemente antes de dignarse a contestar, sin embargo su padre se adelantó:

—Hijo, no debería decirte esto ya que es algo que sabes a la perfección…

—Antes de que yo aclare tu duda, tú respóndeme algo, ¿Por qué nuestra familia se ve incapacitada de relacionarse con los donceles?

El extenso silencio al que su padre optó le descompensaba.

Sus extremadamente ansiados deseos de compartir su vida con Naruto se veían cada vez mas lejanos, tal parecía que su padre no quería contribuir en el inicio de su felicidad, sino llevarlo a un abismo que el mayor denominaría como honra, característica propia de sus familiares. Aunque no quisiese aferrarse a las precipitadas soluciones de una dificultad que ni siquiera se presentaba, lo hacía con desesperación, mientras esperaba escuchar la respuesta de Fugaku.

Dejaría para después las interrogantes sobre su futuro, debía con el máximo de sus fuerzas luchar por la aceptación de su romance.

—Nuestra familia simplemente no puede crear un vínculo con ellos.

—¡Esa mierda la he escuchado toda mi vida! –Gritó con furia— ¡Quiero otra respuesta, maldición!

—Hace años se acordó que jamás nos uniríamos a ellos.

—¿Por qué?

—Somos la familia principal, Sasuke. Perteneces al clan que administra toda tu región, todas, absolutamente todas las consecuencias de sus actos recaen en nosotros, somos quienes deciden el porvenir de cada individuo que habita aquí —Suspiró—. Supongo que aquello ha despejado tu mente.

—Las generaciones anteriores han velado por este maldito lugar, en ningún momento a mis antepasados se les ha cruzado por sus mentes establecer preferencias hacia los donceles.

—Uno de los tantos deberes que tienen los Uchiha como gobernadores es asegurar el orden. No permitiré que por ignorar algún insignificante detalle nuestra región crea estupideces y hallen su conformidad en una rebelión.

—Tu mismo los excluyes.

Si no fuese por la excelente audición de la que presumía a su avanzada edad, no hubiese oído el susurro frustrado de su hijo.

—¡Tu alejas a los donceles de nosotros! ¡Los tienes encerrados! Las personas jamás los han conocido, ¿crees que eso los hace feliz? ¿crees que los habitantes estén contentos con tal aislamiento? Seguramente piensan en una clara inclinación a ellos.

—Todo lo que he hecho ha sido enfocado a la satisfacción de ellos. Mi pueblo sabe las cualidades especiales que tienen los donceles y del riguroso estudio que hemos realizado. Mis decisiones, Sasuke, siempre han sido acertadas.

El joven adulto agachó la cabeza, durante unos minutos, creyendo que ya era momento de contarle la parte oculta de su vida.

—Yo, padre —Chasqueó su lengua— podría afirmas que nunca he faltado a las ordenes de la familia principal, pero esta vez… te lo pediré, no como un poblador más que quiere la aprobación de su autoridad, sino de un hijo que quiere ser feliz y para eso recurre a su padre.

Al saberse atendido completamente por Fugaku, prosiguió.

—Estoy enamorado padre, no se con exactitud en que momento ocurrió ni por qué, solo se que me encuentro preso por ese sentimiento que Naruto creó en mi. Y… es simplemente maravilloso, se que es recíproco, se que no me es indiferente. Quiero ser su pareja y enseñarle todos aquellos paisajes de los cuales le hemos privado. Yo realmente… no veo un futuro sin él, por eso te pido que autorices nuestra unión.

—Sasuke… no puedo hacer…

—Accede, intercede a mi favor.

Supo que Fugaku dudó, lo supo cuando vio esa mirada comprensiva que solo un padre es capaz de dedicar.

—Será un asunto que discutiré con el clan…

—Pero…

—Sasuke —Le interrumpió—. Veré que puedo hacer.

—Te lo agradezco padre.

Sintió deseos de abrazarlo, para demostrarle cuan feliz le hacía saber que su padre no lo abandonaría.

Tenía una pequeña posibilidad de vivir junto a Naruto en la región, sin embargo buscaría otras vías alternativas por si el poder de Fugaku no fuese suficiente para hacerlo la excepción a la regla.

Caminó en dirección a la puerta, girando levemente su cabeza para que Fugaku viese su pequeña sonrisa.

Ya había dado el primer paso. Si conseguía el permiso de su clan solo bastaría convencer a su apreciado doncel de olvidar todo su rencor para dar paso a la dicha de vivir juntos en la región natal de ambos, supuestamente.

Al salir de la oficina Sasuke recargó su cuerpo contra la puerta, ignorando sus emocionados pensamientos donde reproducía imágenes en las cuales Naruto descubría el mundo detrás de esos cuatro muros.

—Algo muy bueno debió sucederte.

Al tener a aquel sujeto que lo conocía muy bien estrechó su mano y palmeo su espalda, un cariñoso saludo.

—Hace mucho que no te dignabas a aparecer, Shino —Reprochó—. Muy atareada debió ser la labor que te impuso mi padre.

—Solo larga —Aclaró—. Presiento que debo enterarme de algo.

—Actúas como mujer, pero es cierto.

—Y supongo que la historia te tiene como protagonista —Suspiró—. Tú y tu afán de destacar.

—Esta vez no soy solo yo. Vamos, lo sabrás mi hogar.

Muchos pobladores saludaron al par de jóvenes, algunos les interrogaron por su prolongada ausencia, a las cuales el único que respondía era Shino ya que Sasuke no comentaría con desconocidos su prohibido romance.

Con impaciencia, Sasuke permaneció en el cómodo sofá de su casa mientras su amigo conversaba con los empleados, que claramente sentían un gran aprecio por él.

—Lamento el acoso por parte de mis sirvientes. —Dijo una vez a solas—. Sigo sin comprenderlo, así que solo lo acepto.

—Supongo que soy un hombre agradable, aunque tampoco estaba enterado de eso —Se sentó frente a Sasuke— Tal parece que ese algo también te ha vuelto un hombre agradable.

—Quizás. En realidad… me siento distinto.

—Dejemos para nuestra juventud esta conversación oculta. ¿Qué es ese algo tan especial que ha revolucionado a mi amigo?

—Ese alguien —Corrigió— se llama Naruto.

—¿Un doncel?

Asintió con lentitud, notando la preocupación en la pregunta de Shino.

—Sabes que…

—Es imposible —Completó Sasuke—. Eso creía pero no lo abandonaré.

—Sasuke, tú sabías mejor que todos que no puedes formar un vinculo con los donceles, ¿por qué te involucraste más de lo necesario?

—Fue algo que no pude evitar —Confesó—. Si lo hubiese ignorado, habría pensado más en él, lo perseguí, lo busqué porque así lo quería.

—¿Eres feliz?

—Más que nunca.

Llamó a una de sus empleadas para que les sirviera dos tazas de te y algunos aperitivos.

—¿Qué planeas hacer?

—Casarme con él.

—Explícame tu plan, Sasuke.

—He hablado con mi padre para que convenza al clan para que acepten mi unión.

—¿Y si no lo aceptan? ¿Qué harás?

—En eso estoy pensado Shino, me aseguraré.

—Más te vale que lo hagas, porque sinceramente no creo que te den tal trato especial.

—Deben hacerlo. Esta es mi tierra y Naruto el amor de mi vida.

Agradeció la comida que prepararon para ambos. Shino tomó su taza y bebió el delicioso té que contenía.

—También he pensado en… marcharme, solo si no permiten nuestra unión.

—¿Qué opina él al respecto?

—Es lo que más desea —Sonrió con pesar—, detesta este lugar.

—No lo comprendo.

—Yo tampoco lo tengo claro, es bastante confuso, pero odia todo lo que este relacionado con la región.

—Debió ser dura la batalla.

—Bastante —Concordó—. Sin embargo he llegado a él.

—Supongamos, Sasuke —Dejó la taza sobre la mesa—, que tu clan te manda a la mierda, y sabiendo lo mucho que Naruto quiere marcharse, ¿te irías con él?

Meditó bastante la hipotética situación, imaginándose lejos de su región, comenzando una nueva vida rodeado de sitios y personas desconocidos. Cuando creyó tener una respuesta elevó su mirada y la fijó en ese par de ojos ocultos tras aquellos negros lentes.

—Lo seguiría hasta el fin del mundo.

—Realmente… te has vuelto un estúpido Sasuke. Te felicito.

Una suave carcajada proveniente de Sasuke sonó en ese salón, luego de recordar la época en la que ambos adultos opinaban sobre la ausencia de cordura cuando se ama a alguien, y la orden de jamás volverse un ser idiota como el resto.

—Lo sé, pero ya nada tendría sentido sin Naruto. Solo me queda que me permitan ser su esposo.

—No creo en la suerte, pero te la deseo.

—Te lo agradezco, la necesito más que nunca.

Finalizaron su encuentro con un fuerte abrazo y amigables palabras. Shino debía volver a su hogar y a Sasuke le urgía ver a su querido doncel.

No fue conciente del trayecto que realizó ya que su mente construía todas las posibles situaciones, con sus problemas y soluciones, era de suma importancia estar completamente preparado para cualquier incierto futuro.

A diferencia de la vez pasada, los guardias actuaron respetuosamente, disculpándose por el conflicto anterior. Igual de sorprendido asintió y se dirigió, atravesando el pasillo, al edificio habitacional.

Ciertamente, si fuese un varón sin un apellido cargado de poder, sus paseos se verían detenidos y el acceso al recinto denegado. Ya no sabía si agradecer o detestar su clan.
Caminó con lentitud, enterándose de que el día prontamente se convertiría en noche y no gozaría de mucho tiempo. Más ansioso de lo normal, aceleró su caminata, pisando con más intensidad el alfombrado suelo. Su bolsillo no guardaba sus llaves, por lo cual tuvo que golpear la puerta.

A los pocos segundos fue abierta, dejando a la vista a Naruto, que entrecerraba sus ojos producto del reciente sueño en el que se encontraba.

Ambos sonrieron, cómplices del emocionante descontrol que sentían sus corazones. Sasuke ingresó, siendo él quien cerró la puerta.

—Es un poco tarde —Dijo Naruto— Yo ya me preparaba para dormir.

—¿Preparar? —Cuestionó Sasuke—. Claro, como si tu rostro no te delatara.

—Solamente me lanzé –Caminó hacia la cama—, me acomodé y no se que sucedió después.

El doncel se recostó sonriéndole a Sasuke, invitándolo a acercarse. Una vez, cerca de Naruto, se sentó a su lado y acarició el rubio cabello que se esparcía por la almohada.

—Te extrañé –Declaró—. Siempre es así.

—Lo tengo más que claro.

—He de suponer que no sientes la misma necesidad por mí.

—Eso… será una duda que tendrás por mucho tiempo.

—Soy un hombre paciente para tu mala suerte.

—¡No lo eres! Idiota mentiroso, pierdes la paciencia enseguida.

—Lo dices como si me conocieras.

—¡Por supuesto que te conozco! Basta escucharte una vez para ya saberlo.

—No soy tan fácil de leer —Frunció el ceño—. El que tú sepas eso es solo porque me conoces muy bien.

—¿Y si fuese así que? —Infló sus mejillas—. ¿Qué tiene de malo?

—Olvido que eres un niño todavía. Demasiado inmaduro.

—¡No evadas mi pregunta, tonto!

—Tú eres el único que cree que es malo conocer a la persona que ama.

—Yo no creo que… —Golpeó el brazo de Sasuke—. ¡Siempre me haces eso!

—¿Qué cosa? —Rió mientras tomaba su mano—. He hecho nada.

—¡Dices algo y haces que yo lo diga! ¡Uchiha enfermo! No me engañaras de nuevo.

—Entonces tendré que hacerte sentir eso.

Inclinándose sobre el cuerpo de Naruto besó su frente, sintiendo con sus labios la suavidad de aquella piel. Una fuerte mano se ubicó en la manga de su abrigo, tirándolo.

—Rómpeme mi abrigo –Susurró sobre su boca— Y te mato.

—Me gustaría ver como lo haces —Desafió—, Uchiha.

—Naruto.

—Era broma, idiota.

Atrajo a Sasuke para que se aventurara a dar el siguiente paso, consiguiéndolo.

A ambos les encantaba sentir los labios del otro, amaban tales besos, intensos y dulces, tan fantásticos que deseaban poder disfrutaros el resto de sus vidas.
Solo quedaba poder ser libres de aquella regla impuesta por la familia principal y poder hacer su unión oficial, porque la presencia del otro ya era vital y nada podría cambiar aquello.

Publicado en Nuestra historia en esta región | Deja un comentario

NHEER: Capítulo 6

Despertó con el recuerdo de aquel beso que lo hizo inmensamente feliz. Rió levemente impresionado por lo contento que había despertado esa mañana, como hace mucho tiempo no lo hacía. Aun acostado peinó su cabello con sus dedos para despejar su rostro.

Vio la hora verificando lo temprano que se encontraba despierto, por lo cual se dispuso a rememorar todo lo que había sucedido entre ambos, que sin duda marcaba un gran avance en su prohibida relación. El temor de perderlo, la discusión por el egoísmo de ambos, nuevas confesiones y una declaración que confundió aun más a Naruto, la cual dio paso al ansiado beso que terminó por unirlos.

Le extrañaba no tener sueño, antes de acostarse supuso que amanecería totalmente cansado pero era todo lo contrario, incluso se sentía rejuvenecido. Nuevamente Naruto apareció en su mente acelerando su corazón, sus sonrisas, sus abrazos, sus besos.

—Lo hace bien…

Deseaba revivir el momento, tanto que le desesperaba no tenerlo a su lado. La presencia del doncel se estaba haciendo vital en su vivir diario.

—Maldito amor.

Aunque el maldijese ese fuerte sentimiento estaba muy lejos de odiarlo, le agradaba saber que amaba intensamente, quizás en un inicio fue molesto y después doloroso, pero en esos instantes Naruto le daba una pequeña esperanza de la cual se aferraría. Amar le hacía sonreír, le calmaba y lo envolvía en un cálido ambiente que no conoció jamás.

Luego de tener ese romántico encuentro donde tuvieron un contacto semejante al de una pareja, Sasuke y Naruto permanecieron apoyados sobre la pared del edificio experimental, siendo el doncel abrazado por Sasuke que rodeaba sus hombros y Naruto sujetando la ropa que se situaba en la cintura de Sasuke, pensando en el compañero que acogían en sus brazos. En ese estado se mantuvieron varias horas hasta que Sasuke consideró que no sería apto estar más tiempo en ese lugar debido a las múltiples actividades que debían realizar y la posibilidad de contraer alguna enfermedad. El doncel, concordando con el varón, se dirigió a su edificio habitacional seguido por Sasuke, que fuera de este se cercioró de estar completamente solos y al asegurarse de aquello se despidió besándolo de improviso, que luego de un corto lapsus de estupor agarró fuertemente las solapas del abrigo de Sasuke y lo atrajo aún más a su cuerpo, impidiéndole que finalizara el beso.

A Sasuke le fascinó la timidez con la que lo observaba Naruto, incluso después de compartir unos cuantos besos más. Al menos durante diez minutos el doncel no soltó la prenda de Sasuke, y el varón azabache no le preocupó tal conducta, le alegraba saber que Naruto no deseaba verlo marchar.

Ya comprendiendo que no podían extender más el momento, Sasuke le prometió volver pronto y acarició tiernamente el cabello rubio, causando el cierre de los ojos de Naruto, que totalmente relajado se entregaba a los toqueteos. Al ya no sentir las manos del varón, Naruto debilitó el agarre de sus manos sobre el abrigo, permitiendo que se deslizara rápidamente. Vio el cuerpo de Sasuke caminando con elegancia hacia la salida, donde finalmente desapareció de su vista.

Con su antebrazo izquierdo cubrió sus ojos obstruyendo el trayecto de la luz solar mañanera, volteó sobre su eje y corrió completamente las cortinas para luego abrir la ventana y aspirar el descontaminado aire del que gozaba la ubicación de su casa. Se alistó para iniciar un día con muchas actividades administrativas con respecto a la región, labor de la cual se encargaba exclusivamente su clan. Sorprendió a sus empleados con sus cordiales saludos y olvidó reprocharles por algún descuido en el mantenimiento de su hogar.

La vida hasta ese instante le parecía maravillosa, y aumentaba esa visión de sólo recordar a Naruto y el progreso de su conquista.

Estar encerrado en la oficina de su casa revisando documentos fue la rutina que efectuó durante dos días, papeles y carpetas acumuladas sobre su escritorio por el descuido en su trabajo ocupaban todo su tiempo, ni siquiera se dirigió al comedor a alimentarse adecuadamente, quería terminar luego esa labor para despejarse un poco de informes y archivos.

Llegó el día domingo, donde decidió faltar a sus obligaciones y escaparse de los mensajes de sus empleados. Hace tres días que no veía a Naruto y ya comenzaba a intranquilizarse por su ausencia.

Una situación bastante extraña ocurrió ese domingo: los guardias le prohibieron el acceso. En un principio le pasmó que le negaran el paso los  encargados de seguridad, sin embargo la seriedad que ocultaba su enfurecimiento actuó enfrentándose contra aquellos que le impedían ingresar. Al ver que no podía hacerlos cambiar de opinión utilizó la desagradable táctica de amenazas, las cuales no eran sus preferidas ni le parecían justas pero sí eran efectivas.  A penas se movieron los guardias Sasuke avanzó empujándolos levemente, sin siquiera voltear y disculparse. Supo, al ver a tantos jóvenes de llamativas características rondar por los jardines, que aquella tarde la destinaban para reunirse lejos de los edificios.

Contempló el paisaje hallando enseguida  a Naruto, sentado sobre el césped sumamente tranquilo, al parecer bastante relajado del ambiente en el que se encontraba, no deseaba perturbarlo ya que disfrutaba verlo en esa inusual condición pero le apetecía compartir tiempo a solas, gozar de su compañía en soledad.

Las miradas se dirigieron hacia él, sin disimulo alguno. Se ubicó frente a Naruto, provocando que su sombra cubriese su cuerpo.

—Naruto.

Sasuke juraría haber visto felicidad expresada en las facciones de Naruto.

—Sasuke.

Nadie le haría creer lo contrario. Naruto se había emocionado al verle.

Se levantó mientras limpiaba sus pantalones y removía hojas secas. Persiguió con su mirada la mano de Sasuke que sacaba de su cabello un pétalo blanco y se lo mostraba, la tomó intentando que su torpeza rompiese el frágil fragmento de una flor.

—Naruto.

La supuesta pareja giró sus torsos para observar al dueño de tal grave voz.

—Gaara.

Sasuke se dignaba a ver el intercambio de miradas y gesticulaciones que hacía Naruto. Luego de tal peculiar comunicación que claramente sólo ellos comprendían, el rubio doncel le pidió a Sasuke que fuesen a un lugar más privado.

—¿Gaara es tu amigo? —Preguntó Sasuke.

—Es mi mejor amigo, lo conozco desde siempre.

—Me impresiono que fuese capaz de entenderte con esos gestos raros que hacías.

—Si, bueno -Rió con nerviosismo—. Gaara ya sabe que significa cada cosa que hago.

Cuando se encontraron ocultos de los curiosos donceles, Sasuke se atrevió a tocar la mano de Naruto, causando el alejamiento de su extremidad.

Quiso burlarse de sus sonrojadas mejillas, pero ya suficiente vergüenza era ser presenciado. Con agobiante calma el varón aproximó  su rostro al del doncel, que fruncía el ceño por el juego que realizaba Sasuke. Ya harto de sus acciones tocó sus labios produciendo el típico sonido de un beso corto.

Como si no fuese suficiente, Sasuke aprovechó su vulnerable estado para molestarlo y tal vez, librarse de dudas.

—Creí que me odiabas —Confesó—.¿Acaso ya no es así?

—Lo hago Uchiha.

—Puedes decirme Sasuke.

Naruto abrió su boca en señal de querer decir algo sin embargó no lo hizo, volvió a desviar la mirada incómodo por la cercanía de Sasuke, y de no hacer algo para alejarlo. Comenzaba a detestar el permitirle ciertas cuestiones al varón.

—Sasuke idiota.

Suspiró satisfecho.

—¿Sucedió algo acá?

—¿Por qué preguntas?

—Sólo responde Naruto —Pidió.

—Nada de nada —Contestó—.Todo está igual.

El mayor asintió y avanzaron en silencio.

Intentaba comprender por qué le prohibieron el ingreso al recinto, no se realizaron actividades exclusivas, los días domingos eran como cualquier otro día, era un personaje importante en el gobierno de la región y poseedor de todos los derechos existentes, y uno de ellos era acceder a todas las instalaciones. Pertenecía a la familia más influyente y destacada de la región, por lo cual las negaciones no los afectaban.

Después se preocuparía de desenmascarar los motivos de la seguridad del recinto.  Naruto lo acompañaba, alejado por un metro de distancia aproximadamente, nervioso por el recuerdo de haber congeniado con aquel hombre al cual le guardaba un indestructible desprecio, o al menos eso sentía en un pasado.

Por mucho que quisiese gritarle a Sasuke que nada había cambiado, que la situación de odio continuaría, ya no se creía capaz.

En vez de averiguar hechos para incrementar su rencor hacia el clan Uchiha, buscaba razones para no involucrar a Sasuke. Él era la excepción, desconocía las horribles decisiones de su familia, anhelaba hacerlo feliz y le prometía amor, Sasuke nunca fue contribuidor en su sufrimiento.

Inconscientemente Naruto apretó entre sus dedos la manga de la camisa de Sasuke. El varón calló, no necesitaba interrogarlo ni deseaba molestarlo, su querido doncel lo sujetaba con excedida fuerza, al punto de romper la tela atravesándola con sus dedos.

—¡Perdón! —Exclamó—. Ni me di cuenta… lo siento.

—No importa.

Sasuke remplazó la dañada manga por su mano, inquietando a Naruto.

—Espero que no tritures mi mano, tonto.

—¡No me provoques! ¡En un segundo podría destrozar tu mano, las dos si quieres!

—Y después no podrás tomarlas, ¿eso quieres?

En vez de apretar su mano, pisó con moderada fuerza su pie, gozando del quejido de dolor puro.

La tarde transcurrió entre juegos, bromas y confesiones de infancia. Naruto se mofaba de las aburridas vivencias de Sasuke,  donde desde pequeño fue educado y obligado a comportarse como un adulto, en cambio Sasuke escuchaba silenciosamente las historias relatadas por el doncel, que eran contadas de una forma tan detallada que provocaba admiración.

Cada uno descubría historias y sueños, Sasuke de aquel doncel que en un inicio se negaba a ser amigable y lo trató con desprecio, los cuales llamaron su atención y lo llevaron a sentir lo que regocijaba su alma, Naruto de aquel miembro del clan Uchiha que se comportaba con prepotencia e ingresaba en su vida, que lo hizo experimentar sensaciones y sentimientos que jamás creyó que sentiría en la región.

Sentados detrás del edificio experimental conformaron un lazo del cual Naruto todavía quería negarse, incluso sabiendo que ya no podía.

Sasuke le comunicó a Naruto que debía hacer algo con urgencia, por lo cual ya era momento de marcharse. Sin exigirle explicaciones lo despidió con palabras que a Sasuke le parecieron pobres y las cambió por un beso, que debía alcanzar los labios de Naruto de no ser por el movimiento de su cuello, causando que su mejilla recibiese el contacto. Sonriéndole por el rechazo se retiró del recinto, sin enterarse de que Naruto sonreía igual que él, avergonzadamente feliz por el nuevo encuentro.

El joven varón encaminándose a la mansión de su padre se preparaba para realizar una petición que el reglamento impuesto por su familia rechazaba. Tenía más que claro lo arriesgado que sería enfrentar a su padre para llevar a cabo sus deseos, pero ansiaba tanto que su cumplieran, por él y por su amado doncel, que haría todo lo posible para conseguirlo.

Optó por ser más educado y presentarse ante el secretario, no para obtener puntos a su favor, sino que prefería ahorrarse escándalos por su conducta de la que su padre ya debía estar harto. Trató relajarse un poco y con autentica seriedad entró al despacho.

—Me alegra que al menos avisaras tu llegada, Sasuke.

Caminó lentamente, observado por su padre. Pensó en sentarse o decir la petición de pié, también en si darle vueltas al asunto o comunicarlo enseguida.

Al no poder avanzar más por el gran escritorio que lo separaba de su padre posó ambas manos sobre la madera. Fugaku intuyó que sería un asunto  complicado de tratar.

—Padre, quiero que me agregues en el listado de candidatos para ser pareja del doncel Naruto Uzumaki.

 

 

ff.net nuevamente me arruina la vida e.e

Publicado en Nuestra historia en esta región | Deja un comentario

NHEER: Capítulo 5

Primera nota arriba xD

Bueno, sólo quería decir que este capítulo tiene bastante romance (mucho a mi parecer (ustedes verán (mejor lean)))


-Sa…

La mano del joven varón impactó violentamente contra su antes atendida mejilla, volteando su rostro. Sasuke mantuvo su mano derecha alzada a la altura de su hombro izquierdo. Le dolía bastante, lo que significaba que Naruto había recibido una fuerte bofetada y lo comprobó al ver la zona golpeada un poco rojiza. El doncel lentamente dirigió su mirada hacia Sasuke, que fruncía el ceño, claramente enojado, demasiado para su bien. Ambos permanecieron quietos, observándose.

Increíblemente Sasuke no se arrepentía, el nerviosismo que sintió y el temor de perderlo fueron terribles, quizás el golpe fue guiado por un impulso pero luego de haberlo efectuado se encontraba más calmado, como si creyese de esa manera Naruto se enteraría de la imprudencia de sus pasos y los desesperantes momentos que le hizo pasar.

-¿Ibas a escaparte?

Giró su cabeza, mirando de frente a Sasuke. Intentó luchar contra esos ojos pero estaba débil, no aguantaría, con gran esfuerzo soportaría los reproches del varón. Tocó su dañada mejilla y bajó su cabeza, avergonzado de verse en la necesidad de hacerlo porque temía llorar y ser visto.

-Sí.

Nuevamente una discusión reinó en la mente del varón, la tranquilidad que le aseguraba que su querido doncel estaba a salvo y la furia, esa furia que le recalcaba el dolor en su pecho, la furia al darse cuenta de la ausencia de Naruto, la furia al no conocerlo lo suficiente y pensar en seguida en su ubicación.

La furia de que casi se marchara, pero peor era saber que a Naruto no le importaba no volver a verlo.

Dejó caer su brazo que se meció un par de veces, al igual que su cuerpo. Sus rodillas chocaron contra el suelo causándole un leve dolor. Al quedar a pocos centímetros de Naruto apoyó su cabeza sobre la contraria, mezclando sus cabellos.

-Si alguien lo hubiese notado, habría sido un inmenso problema Naruto.

No le respondió, parecía no reaccionar o fingir no haberlo escuchado.

-Ni siquiera deberías haberlo pensado -Continuó-. ¿Te das cuenta de las consecuencias? No eres el único, muchas personas se verían involucradas.

-Lo sé. Y no me importa.

Atrapó sus hombros separándose de él y lo empujó contra la pared, Naruto se quejó.

-¡¿Qué no te importa?

Olvidó el lugar en el que se encontraban. Toda la precaución de un inicio se desvaneció.

Naruto era un necio.

-¡¿Como planeabas escapar? ¿Golpeando el muro? No me digas que creías poder hacerlo y pasar desapercibido, al parecer lo que te sobra de fuerza te falta de inteligencia. Tú y tus estúpidas ideas, como colocar tu ropa en la cama creyendo engañar eternamente a cualquiera que fuese a tu habitación, ¡brillante Naruto! ¡Realmente brillante! La próxima vez que se te ocurra huir piensa en un plan decente, que con este me dan ganas de burlarme de ti.

-¿Más de lo que ya lo has hecho?

-Sí-Aseguró-¿No conoces la palabra «resignación»?

-Claro que la conozco, y la detesto.

Sonrió levemente, sorprendido de la gran voluntad que poseía. Sujetó fuertemente sus hombros temiendo que se escapase de su alcance, notando a la vez lo frío que estaba su cuerpo. Cubrió al doncel con su grande y cálido abrigo, le sorprendió la aceptación de Naruto.

-¿Hace cuanto tiempo que estás acá?-Susurró.

-Supongo que una hora.

-¿Qué es lo que realmente deseabas hacer Naruto?

-Irme -Contestó-. Me atarán a alguien, ya no queda tiempo y sigo desesperado. No lo entiendes Uchiha, no lo entiendes porque tu aprecias este sitio y yo lo odio. He querido desde que recuerdo vivir feliz, evitar los problemas y disfrutar mi vida y sé que no lo puedo conseguir acá.

-Yo estoy acá -Habló enseguida-. Conmigo podrías…

-¿Dejarías tu hogar Sasuke?

Quería gritarle que por él haría lo que fuese, no obstante el recuerdo de su vida unida a la región le hacía desistir de su idea.

-Como tú no eres capaz de abandonar todo por mí, yo no me quedaría por ti.

Era el turno de Sasuke para llorar, rápidamente atrajo el cuerpo de Naruto y lo abrazó, se aferró al abrigo que vestía. Tal vez el contacto le hacía daño pero no lo soltaría, es más, lo apretaría mucho más para escuchar sus gemidos y saber que se encontraba ahí, tocando su cuerpo, respirando el mismo aire.

-Te casarás conmigo.

Una expresión afligida se posó en el rostro de Naruto. Sus brazos rodearon el torso de Sasuke.

-¿Y luego qué?

-Serás feliz.

-No si pisaré el suelo de esta región.

-Haré que olvides todo.

-¿Qué…?

Primero fue una pequeña risa, que dio paso a muchas carcajadas. Rió con ganas, como no lo hacía hace mucho tiempo, totalmente divertido por aquellas decididas palabras. La sonrisa del doncel alegró y desconcertó a Sasuke, quiso interrogarlo y ver mejor su cara pero Naruto lo impidió sujetando su chaleco desde su espalda.

-Realmente me quieres Sasuke. Lo haces.

Agradeció estar fuera del rango de visión de Naruto, sentía sus mejillas calientes por lo que supuso estar sonrojado.

-Hasta que te das cuenta.

-Te lo agradezco. No sé porque pero me hace feliz.

-Es porque sientes lo mismo.

Naruto debilitó su agarre, se deslizó lentamente hasta que reposó su cabeza en el hombro izquierdo de Sasuke, ubicación que le permitía oír sus latidos.

-No me rendiré Sasuke. Buscare la forma de marcharme y cuando eso suceda no me verás de nuevo.

-No lo permitiré.

-Es algo que yo decidiré.

-Naruto, yo…

-¡Sasuke, ya lo sé! Pero cuando tenga la oportunidad me alejaré de todo esto que nunca fue mío.

-¡¿Qué es lo que quieres escuchar Naruto? ¡¿Quieres que te diga mil y un promesas donde repetiré mi total devoción hacia ti? ¡Si eso quieres lo haré!

-¡No quiero que lo hagas!

Estrujó entre sus dedos la tela, un leve temblor recorrió sus brazos.

-¡Deja de entrometerte en mi vida! -Gritó el doncel- . Nadie te lo pidió, no podemos congeniar.

-¡Claro que podemos! sólo te niegas Naruto.

-No deberías conocerme, no deberíamos tener esta conversación.

-Pues la tenemos porque se te ocurrió escaparte.

-¿Quieres dejar de decir eso? ¡Ya no me fui Sasuke!

-¡Pero eso ibas a hacer! ¡Ni siquiera pensaste en mí!

-¡¿Acaso debo hacerlo Sasuke?

-¡Maldita sea, Naruto! ¡Me he rebajado tanto por alguien que me ignora! ¿Porque no intentas ser feliz con lo que tienes ahora?

-¿Qué tengo?

-¡Ya te lo dije! -Tomó su rostro, acercándolo al suyo-. ¡Me tienes totalmente! Explícame Naruto, ¿por qué te esfuerzas en mantener esta soledad que yo intento romper?

-N-no confió en ti.

-¿Por ser parte de esta región?

El doncel asintió. Sasuke volvió a abrazarlo, apegándolo a su cuerpo lo más que pudo, aspirando su indescriptible aroma y tocando cada cabello rubio. Eran los pequeños actos afectivos que podía realizar con Naruto ya que sólo dejaba que su cuerpo fuese parte de los deseos del varón y eso era lo que más le frustraba, ver la clara negación del doncel. Conquistarlo se veía como una tarea imposible, una misión que implicara capacidades que no poseía. Pensaba que por sólo ser Sasuke Uchiha no tenía oportunidad de ser amado por Naruto.

La impotencia era gigantesca, el pertenecer al clan Uchiha era algo que comenzaba a detestar. Como familiar debía cargar la culpa y el prestigio de cada acción pero en ese momento no le era lógico. Quizás su región eligió caminos sucios u optó por malévolos métodos, incluso habrá actuado de forma imperdonable pero a él no le concernían tales asuntos. Él era inocente de esos acusadores momentos y quería a Naruto, deseaba ser querido por Naruto tanto como él lo hacía.

-Como sabrás -Dijo Sasuke-. Sigo desconociendo el por qué de tu odio pero quiero saberlo. Cuéntamelo y sé que te entenderé, te ayudaré, no sigas sufriendo solo cuando hay alguien que te acompañaría cada noche.

-¿Cómo se que no me mientes?

Naruto tenía miedo, por más que quisiese librarse de Sasuke no podía, caía en el ansiado romance que le ofrecía, creía en sus promesas y sonreía por el reconfortante sentimiento que tanto intentó eliminar. Siempre pidió por la llegada de una persona que le demostrase lo maravilloso que es el universo y que no debía lamentarse, y si lo hacía estaría ahí para consolarlo.

Entraba en lo más profundo de su ser. Temía, temía demasiado porque aquella ilusión repleta de felicidad conquistaba fácilmente su desdichado corazón. Sasuke llegó a su vida, asegurándole infinitas alegrías y un maravilloso amor.

Y con ese complicado sentimiento venían más angustiantes pensamientos. Naruto se iría, no estaba en discusión tal tema pero ni siquiera todo el amor de Sasuke lo conduciría lejos de su hogar. No deseaba hacerlo sufrir, pero sólo estar con alguien de un mundo completamente distinto, cargado de resentimiento le provocaría más de un lastimero suspiro.

Jamás debió toparse con Sasuke, jamás debió permitir que ingresara a su vida ni mucho menos que se viese envuelto en su sufrimiento. Su mente le gritaba que sus fantasías no se cumplirían, que incluso si se enamoraba de Sasuke no se quedaría en la región pero por segunda vez en su vida se sentía libre.

La razón quedaba en el olvido. Alguien se ofrecía a sanarlo.

Tanto sufrimiento lo conducía a tal encantador camino junto a Sasuke.

-No… Sasuke…

-Confía en mí, es lo único que puedo decirte y…

Situó su mano sobre el límite entre el cuello y la cabeza de Naruto, aproximándolo a su rostro.

-Idiota, yo…

Entrelazó su otra mano con la del doncel, presionándola para que lo imitara y la agarrara con fuerza.

-Lograré que seas feliz a mi lado, tanto que jamás querrás irte.

Rozó su nariz con la contraria, arrancándole una tierna sonrisa.

-Serás feliz como debió ser desde el principio y…

Miró sus ojos por última vez, asegurándose de tener su completa atención.

-… serás mi esposo.

Juntó sus párpados y tocó los labios del doncel, besándolos tranquilamente.

Le causaba gracia como algunas sonrisas aparecían en sus labios por la felicidad. Besaba a Naruto, al rudo doncel que en su primer encuentro lo había golpeado. Abrazaba a Naruto, como no pudo hacerlo cuando lloró. Acariciaba a Naruto, sintiendo escalofríos por el simple acto, recorriendo su cuerpo con las yemas de sus dedos.

Naruto correspondía su beso.

Se sentía querido.

Y quería como nunca lo había hecho.


Salió tiernucho, mucho. Puaj xD

No, mentira, de todas formas este fic es romántico y hasta el momento no han habido escenas tan románticas.

Soy muy insegura en cuanto a las personalidades, considero que es muy complicado hablar de Sasuke en estas situaciones cuando una jamás las ha visto, necesito una entrevista con Kishimoto… Espero que comprendan los pensamientos de Naruto D: el por qué de un segundo paso a «no me importa Sasuke» a «podría ser…»

Ahora sobre el por qué esto está aquí y no en ff.net, bueno, la malvada cuenta ni me permite ni tocarla y he hecho de todo para poder ingresar. Esperé durante muchos días pero ya me harté, también pensé en subirla a amor-yaoi pero esa página también me odia ;-;

Nos vemos y gracias por leer y comentar (:

Publicado en Nuestra historia en esta región | Deja un comentario

NHEER: Capítulo 4

Sasuke no necesitaba preguntarle a toda su familia, hablar con su padre bastaba.

Apenas terminó sus otras labores se dirigió a su antiguo hogar. Intentó intimidar, como era habitual, al temeroso secretario, sin embargo no lo consiguió. Fugaku estaba en una reunión con más representantes de familias de alto rango, discutiendo sobre los donceles. Una vez finalizada la junta ingresó al despacho cerrando violentamente las puertas, asustando a la vez al secretario. Fugaku supo en ese momento que Sasuke venía por algo importante.

-¿Que sucede?

-Tu informe -Lo lanzó sobre el escritorio. Nuevamente su padre dejó pasar tal conducta.

-Pudiste mandar a uno de tus empleados.

-Vengo por algo más.

-¿Qué cosa?

-Quiero que me cuentes la historia sobre el origen de los donceles.

El mayor de los Uchiha retiró sus lentes, le ordenó a su secretario que nadie los interrumpiera.

-¿Por qué deseas saberlo ahora Sasuke?

-Porque nunca antes me interesó saber, ahora sí.

-Siéntate por favor.

Sasuke obedeció, se encontraba tan alterado por su última vivencia con Naruto que mantenerse en pie no era una opción.

-Los donceles fueron todo un enigma. En los cientos de años que tiene esta región jamás habíamos presenciado el nacimiento de un varón con ojos claros, fue algo desconcertante, sólo conocíamos varones con nuestras características. Esto también despertó nuestra curiosidad, el por qué de tal repentino origen. Hasta ahora no se sabe con exactitud que creó a los donceles, sólo sabemos que de parejas compuestas por un varón y una dama pueden surgir.

-¿Entonces por qué buscan emparejarlos con varones? ¿Que pretenden conseguir?

-Por lo mismo Sasuke, hace veinte años que aparecieron y ya están en edad suficiente, por fin podremos saber si varones y donceles pueden procrear más donceles.

-¿Por qué no donceles y damas?

-Ambos poseen los mismos aparatos para engendrar vida, sin embargo los donceles también tienen características masculinas, pero no significa que sean capaces de tomar el papel que sólo los varones podemos asumir. Ellos carecen de los órganos reproductores internos masculinos.

-¿Tan importante es esta investigación?

-Tú mejor que nadie lo sabe, los donceles son especiales. Además de procrear tienen peculiaridades especiales, cosas que los varones y las damas no poseen. Se han vuelto algo muy codiciado por las regiones y hasta ahora son escasos en comparación a la población normal. Un doncel puede actuar igual que un ejercito de 50 hombres.

-Y las regiones luchan por ellos.

-Así es, mientras una región tenga una elevada cantidad de donceles las demás regiones se quedarán al margen. No se atreverán a atacar a un lugar donde diez personas pueden derrotarlos a cientos, los donceles dan una sensación de protección, podemos asegurar el cuidado de la región si tenemos muchos donceles.

Sasuke organizó en su mente las verdades contadas, también desconocía la lucha que mantenían las regiones. Si supuestamente el origen de los donceles fue en su región, ¿por qué Naruto hablaba sobre ella cómo si jamás hubiese pertenecido? ¿tanto era el desprecio que le tenía a su hogar por estar encerrado?

Y no parecía un desprecio reciente, era algo que Naruto sintió toda su vida.

Debía escuchar la verdad de Naruto.

-Padre… ¿estás seguro de que el origen de los donceles fue acá?

Fugaku se sorprendió por la pregunta, pero pudo ocultarlo.

-Esta región fue una de las primeras en poseer donceles. Se podría decir que otro tema en discusión es el lugar de surgimiento de los donceles, pero al parecer nacieron en una época en común.

-Gracias padre.

-Adiós.

Cuando Sasuke desalojó el despacho, Fugaku se inquietó. Era realmente extraño que de un día para otro exigiera conocer el origen de los donceles, nunca fue mencionado ni era un tema de aprendizaje. Esa historia era un misterio y así debía quedarse.

Al parecer Sasuke estaba simpatizando con un doncel. Más de lo necesario.

Ya era de noche en la región, pocas personas transitaban por las calles y algunas otras finalizaban sus jornadas de trabajo. Sasuke volvió a su hogar y se dirigió al garaje, tomó la primera de dos llaves colgadas y se subió al auto ubicado al lado izquierdo.

Iría en ese mismo instante a visitar a Naruto.

Presionaba su mandíbula, la tensión conquistaba su cuerpo.

No le había creído ni un poco a su padre.

Le pareció una historia incluso entretenida, digna de enseñar en una clase como la leyenda más popular, además cualquiera que la escuchara creería que era un relato verídico. Conocía a la perfección a su padre, todo era posible con él, debía esperar que no fuese más que inventos de su clan para mantener la reputación que calificaban las otras regiones sobre la propia, además de la imagen de comunidad honrada que respetaban los pobladores.

Sasuke era inteligente, sabía que su padre ya desconfiaba de él. Y evitaría que accediera al recinto. Pero también sabía que su padre supondría que iría al hogar de los donceles el día siguiente.

El tiempo se acababa.

Estacionó su vehículo frente al vestíbulo, no desperdiciaría los minutos. Como era habitual ingreso sin siquiera observar a los guardias. Ojeó el lugar en busca de algún doncel pero tal parecía que se hallaban en sus habitaciones por las altas horas de la noche.

Su memoria mantenía intactas las palabras dichas por su padre, debían estarlo ya que se las diría a Naruto. Quizás no era de su incumbencia averiguar el pasado del que tanto se lamentaba pero ya se sentía involucrado, no podía detenerse porque su padre ya dudaba de su lealtad al clan y el amor hacia Naruto crecía y crecía sin control alguno. Como un simple lío en su corazón se transformó en una necesidad, y esta a miles deseos relacionados con Naruto donde todos buscaban su felicidad antes que todo.

Las luces iluminaban los extensos pasillos del segundo piso, caminaba por el edificio habitacional. Se quedó quieto al frente de la puerta de Naruto, debatiendo. Tal vez no era correcto lo que haría pero si quería formar parte de la vida del doncel tendría que confesarle la historia que su padre aseguraba para poder acercarse un poco más y al fin ganarse su confianza. Lo más probable es que abriría viejas heridas mal cicatrizadas, sin embargo era momento de dejar atrás su sufrimiento, el primer paso era afrontar el tema.

Antes de ingresar se preguntó algo que le inquietó: ¿hacía todo eso para ayudar a Naruto o simplemente era otro de sus actos egoístas?

Una gigantesca duda que no lo dejaría tranquilo pero en ese momento la desconocería para ceder al deseo. Abrió la puerta con la llave que hace tiempo le habían entregado, presionó el interruptor de luz fijando al instante su visión hacia el frente, dedujo que el bulto en la cama era su encantador doncel, cerró el único acceso a la habitación y caminó lentamente hacia su cuerpo.

-Naruto -Lo nombró susurrante-. Oye… debemos hablar.

Al no recibir respuesta posó su mano en lo que sería el brazo del doncel y lo apretó. Sus ojos se abrieron exageradamente, en seguida lanzó la sábana que supuestamente cubría su cuerpo. La imagen lo dejó pasmado.

Lo que creyó ser Naruto era su ropa acomodada de tal manera que pareciera su cuerpo a simple vista. Cerró su puño impactándolo contra la pared. Ignoró el dolor producto del golpe, fue el primer método que se le ocurrió para expresar su furia, volteó y revisó todos los rincones del lugar. Su respiración estaba agitada por la desesperación que sentía.

Naruto había escapado.

-Ese maldito irresponsable…

Un par de toques a la puerta le sobresaltaron.

-Joven Uzumaki, ingresaré.

Sasuke debía impedir que aquel funcionario pasara. Rápidamente cogió el pomo de la puerta y la abrió lo suficiente como para que sólo él fuese visto.

-Señor Uchiha…

-El doncel está acostado -Mintió-. Quiero decir que ya duerme.

-Si no le importa, necesito que me permita entrar.

-¿Insinúas que mis palabras no son dignas de confianza?

-¡N-no! Sólo…

-Desaparece antes que decida eliminar alguna conexión entre tú y este lugar.

El hombre temblaba, agachó la cabeza y trotó lejos de Sasuke Uchiha, que acababa de amenazarlo con despedirlo. Apagó la luz y cerró la puerta, podía jurar que aquel sujeto no se atrevería a rondar por ahí hasta el día siguiente.

El extenso jardín se hallaba despejado, la desaparición de Naruto aun era desconocida para los guardias, y por el bien de ambos era mejor ser él quien lo atrapara en plena huida. De nada servía enumerar los posibles lugares a los que podría haber ido Naruto para facilitar su escape, lo más efectivo era recorrer los límites del recinto.

Temía que demoraría bastante en encontrarlo ya que aquel sitio era amplio, lo suficiente como para darles la idea de vivir en un pueblito. Sus fuertes pisadas aplastaban las flores que se hallaban en su camino, arrancaba el cuidado césped y la tierra manchaba sus zapatos. Inspeccionaría todas las edificaciones, inclusive la pequeña recepción, creía que Naruto no elegiría esa vía como medio de escape pero debía asegurarse.

Ingresó a la recepción, un guardia se despidió de él creyendo que abandonaba el lugar. El corto pasillo fue recorrido en unos segundos, se detuvo en aquella sala casi vacía, dos secretarios, mujer y hombre, efectuaban sus labores, un caballero que desconocía reposaba sobre el cómodo sofá mientras charlaba con el guardia que custodiaba la puerta, mientras ordenaba en su portafolios una gran cantidad de hojas. Analizó la situación, las expresiones, los comportamientos. Descartó la posibilidad de que el doncel escapara por ahí, claramente podía si golpeaba a aquellos individuos que impidieran su plan pero el caos lo perseguiría.

Giró su cuerpo y se encaminó nuevamente al iluminado territorio de los donceles. Recargó su cuerpo sobre el muro construido a la izquierda del portal, observó cuidadosamente el paisaje que se extendía hasta la alta muralla de color gris, clara delimitación de recinto. Posó su mirada en todas las obras creadas a su lado derecho, un inmueble destinado a la recreación de los jóvenes donceles, con variadas instalaciones para satisfacer los variados gustos, lo más destacable de ese edificio era la piscina ubicada en el subterráneo, aquel estanque era el más visitado.

Sasuke, en su mapa mental, eliminó toda la zona que comprendía el edificio. Vio el lado contrario, aquel comedor, oscurecido por desuso en el anochecer.

Revolvió sus cabellos, desperdiciaba el tiempo de aquella manera, tal vez Naruto corría lejos de las instalaciones. Al frente suyo se ubicaba el cuidado y hermoso jardín, con asientos de madera y la infaltable fuente de agua, más allá las habitaciones de los donceles. Detrás de el, el sector experimental, una aterradora edificación con salas llenas de artefactos con los cuales examinaban a los donceles cada cierto periodo de tiempo. El sitio que aborrecían los muchachos, donde los varones escaseaban al igual que seguridad.

-No…

La cola de su abrigo se mecía por la rapidez con la que se desplazaba su cuerpo. Sasuke se reprochaba mentalmente, ¡era obvio! al otro lado de la pared paralela a la zona experimental se situaba un frondoso bosque de sombrías hojas, capaces de ocultar sus delatadoras características.

Evitó ser iluminado por los intensos focos, alejándose lo más posible de las murallas. Esquivó ágilmente los objetos que podrían provocarle una caída o golpearlo. Aunque ya le dolía el pecho no se detuvo, temía que al llegar se diera cuenta que Naruto se había fugado o que él tomó el camino equivocado.

La estrepitosa fricción de las suelas de sus zapatos y el cemento al frenar su caminata alarmó a alguien apoyado sobre la pared y sentado en el frío suelo.

Sus alientos eran observables en aquel gélido ambiente, solamente dos vahos en ese oscuro callejón, el brillante cabello rubio y el pequeño destello de sus ojos azules calmó su corazón.

Sasuke se aproximó hacia él, acarició su fría mejilla.

-Naruto…

Publicado en Nuestra historia en esta región | Deja un comentario

NHEER: Capítulo 3

Dos días ocupó Sasuke para elaborar eficazmente las listas de los donceles, donde apuntaba sus características. Su padre le había dado un plazo de cinco días para llevarle el informe, podía aprovechar todo el tiempo restante de la compañia de Naruto.

Estaba tan ansioso que a mitad de camino cogió la llave de los cuartos, la encajó en el cerrojo y lo giró.

-¿Naruto? -Preguntó Sasuke, intrigado por el silencio de la habitación.

-Señor Uchiha -Murmuró con nerviosismo uno de los tantos encargados-. A esta hora los donceles desayunan.

Luego de decir el mensaje el trabajador se marchó de los pasillos, Sasuke cerró la puerta y partió rumbo al comedor.

El bullicio era escuchado a unos cuantos metros de su ubicación, al parecer los donceles podían desenvolverse como gustasen, despues de todo era su recinto. Visualizó a través de los ventanales la cabellera rubia de Naruto, estaba sentado junto a tres muchachos más, conversando.

Se le veía tan feliz, sonriendo ante cada frase dicha y oida.

Deseó tener la suerte de ser elegido como pareja de Naruto.

Esperó en el portal del comedor, los donceles salían mientras charlaban. Al pasar por su lado Sasuke lo llamó, los donceles voltearon posando su mirada en él.

-Vamos.

Naruto se despidió de sus amigos, prometiendoles verse más tarde. El corto recorrido lo hicieron en silencio, Naruto no lo observaba ni mostraba indicios de interes sobre su presencia, de cualquier modo no debía hacerlo ya que el era un simple empleado en ese momento pero sentirse ignorado le angustiaba. Al ingresar al edificio el joven doncel hizo muchas reverencias, de las cuales terminó quejándose en voz baja. Cuando Sasuke abría la puerta Naruto murmuró con desagrado.

-Hagamos la famosa entrevista y desaparece-

Sasuke se sorprendió por la antipática actitud, frunció el ceño, pensó en reclamarle respeto que sólo aumentaría la molestía del doncel. Naruto se sentó sobre la cama y Sasuke sobre la silla del escritorio, extrajo una carpeta dondo estaban redactadas las indicaciones del procedimiento, las leyó una sola vez rápidamente, para asegurarse de lo que debía hacer por quinta vez. Buscó en su maletín una cinta de medición, Naruto se alejó al presenciarla.

-¿Qué se supone que harás con eso?

-Debo tener registradas las mediciones de tu cuerpo.

-No.

La negativa fue ignorada, Sasuke movió su dedo índice hacía arriba, señalandole a Naruto que debía levantarse para desarrollar la tarea sin inconvenientes. Le observó un par de segundos e hizo caso.

En las entrevistas anteriores los donceles retiraban los ropajes que cubrían sus cuerpos y a él poco le importaba que lo hicieran, pero ante sus ojos se presentaba la oportunidad de desvestir a Naruto. No lo consideraba una perversión, ni él mismo lo entendía, sólo quería hacerlo. No desaprovecharía la osada oportunidad. Naruto se extraño por la cercanía, retrocedió forzando sus piernas a mantener equilibrio.

-¿Qué? -Preguntó con rudeza el doncel.

-Yo debo hacerlo.

-¿Tú me vas a desvestir? Déjame respirar Sasuke.

Sus mejillas se tornaron rojas por dos motivos, Naruto había descubierto sus insólitas ideas y le había llamado por su nombre, a pesar de que se hubiese burlado de él al nombrarlo.

Tomó los bordes de la camiseta que traía puesta, y la alzó, obviamente Naruto se resistió.

-Es algo que debo hacer, doncel.

-Muéstramelo-Ordenó, golpeando las manos de Sasuke -Muestrame el dichoso papel que lo diga.

-No estás en el derecho de exigirme cosas. No pienso desperdiciar mi tiempo acá -Dijo con hipocresía-. Cumple las indicaciones.

-Bien -Accedió al instante, para sorpresa de ambos-. Rápido.

Naruto relajó su cuerpo para facilitar los movimientos de su ropa y los de Sasuke. Luchó contra los nervios que le producía la mirada inexpresiva de Sasuke sobre su cuerpo, contemplando cada extremidad que antes se encontraba oculta por telas. Sasuke rozó su piel, se regocijó del corto contacto realizado con cautela. Una vez libre el torso y brazos midió cada extensión de su cuerpo, Naruto se estremecía ante la fría cinta de medición que era apoyada sobre su cuerpo.

Los ojos del doncel parecían estar conectados a los de Sasuke, cada uno hacía lo que debía hacer sin embargo eso no fue un impedimento para observarse con tal intensidad. Ninguno se dignaba a ver otra cosa, inconcientemente disfrutaban de contemplar sus miradas.

-Ya terminé.

Fue bochornoso seguir en pie como si Sasuke aun no terminara de calcular las medidas de su cuerpo, cuando ya las estaba anotando en una de sus tantas hojas.

-¿No… medirás mis piernas?

-No es necesario -Volteó sobre la silla-. Los donceles poseen un cuerpo con mediciones perfectas, con sólo conocer las de tu parte superior podremos determinar las de tu parte inferior.

Asintió, sorprendido de su propio cuerpo. Se puso velozmente la camiseta y disimuló su aun presente vergüenza.

-¿Con que palabra te definirías? -Comenzó la entrevista Sasuke.

-Optimismo.

-¿Cuál es la más alejada a tu parecer?

-Indecisión.

-¿Alguna discriminación?

-Ninguna.

-¿Defectos del entorno?

-¿A que te refieres?

-Descontento hacía alguna característica de las personas o del propio lugar.

-Ehm… nunca lo había pensado. Supongo que al narcisismo y a la discriminación.

-Cualidades del entorno.

-Solidaridad y respeto.

-Estilo de vida.

-Ninguno en particular.

Sasuke continuó interrogandolo sobre aspectos de su personalidad y la pespectiva que tenía respecto al mundo narrado por los funcionarios del recinto. Naruto era muy preciso en sus respuestas, demostraba ya tener una mentalidad hecha con sus propios prejuicios y opiniones.

-Eso es todo.

-¿No me preguntarás…?

-¿Por tus poderes? -El doncel asintió-. Estan registrados.

-¿Qué sale?

-Capacidad curativa hacía los seres vivos, incluyéndote. Resistencia y fuerza 30 veces más alta que un varón promedio.

-¿Nada más?

-¿Tienes algo que agregar?

-Nada -Respondió tajante.

-Bien.

-Márchate, ya hiciste tu gran labor -Dijo sarcasticamente el doncel-. Debes estar agotado.

-Te oyes descontento -Le comentó con sorna-. ¿Acaso ha sido muy malo?

-Oh, por supuest que no -Imitó el tono utilizado por Sasuke-. Sólo me sacas toda mi información personal para llevarme con algún desconocido, ¿que importa? Si después de todo no es como si estuviese atado a este lugar lleno de personas insignificantes como tú Uchiha -Intentó expresarle el rencor que sentía.

-Este es tu destino Naruto, no puedes huir de él. Esta región te unirá a alguien de por vida y no podrás evitarlo -Sabía que aquel tipo de declaraciones afectaban a Naruto, pero la molestía era tan grande que sólo deseaba dañarlo-. Así que actua como el tranquilo doncel que deberías ser y resígnate.

-Jamás, nadie me conseguirá.

-Te tenemos encerrado aquí, ¿realmente crees que podrás ir contra nosotros?

Naruto lo observó con todo el odio que su mirada pudiese acumular, no habían palabras para rebatirle, tenía razón. Ese lugar, esos habitantes, esa familia, todos habían hecho realidad sus objetivos sin importarles la libertad que amaría disfrutar.

Estaban consumiendo su vida.

-¿Con que cara… me dices que los acepte? ¿Cómo pretendes que lo haga si me tienen aislado, si no me dejan integrarme, si no soy uno de ustedes? ¡Lo acabas de decir! ¡Me tienen encerrado! Nunca los aceptaré por voluntad propia, menos los aceptaré si ustedes no son capaces de aceptarme.

Esa vez fue el turno de Sasuke de darle la razón, contradecía sus propias ideas. Naruto tomó la perilla de la puerta abriendola.

-Obtuviste todo lo que necesitabas. Vete.

Sasuke presionó la puerta, cerrandola lentamente. Estaba arrepentido, cualquiera podría notarlo pero aun así no se disculparía oralmente.

Se había vuelto costumbre dejar el cuerpo de Naruto entre una superficie y el de Sasuke.

-Quiero que me hables sobre tu pueblo, sobre tu familia, sobre ti -Naruto negó.

-No lo haré. Quédate con la historia que te cuente tu familia. De mi no escucharás la verdad, no te daré el privilegio de conocer el principio de mi dolor.

-Naruto…

-¡Basta! Sal de mi habitación.

El adulto joven negó, ofuscado por la angustia que lo invadía. Definitivamente Naruto no deseaba relacionarse con él, y no hay peor sufrimiento para alguien enamorado que el evidente rechazo.

-Aunque no me quieras ver, yo vendré. Puedo… -Le recordó, sabía que no era correcto rememorarle el valor de su clan pero el verse en la posibilidad de no agradarle a Naruto le desesperaba.

-¡Eso Uchiha! ¡Aprovechate de tu maldito apellido! Por eso odio incluso este lugar, ¡porque en ningun lugar estoy libre de ustedes!

-Te prometí que sabría todo -Murmuró tomando el rostro de Naruto y acercandolo al suyo-. Ahora te prometo que volveré a escuchar tu historia.

-Incluso a la fuerza no podrás, ya te dije, no mereces saberla.

-¡Pues la sabre porque quiero conocer cada mínima cosa de ti!

Naruto se apegó más a la puerta, incrédulo de la confesión de Sasuke.

-Esto me está volviendo loco -Continuó-. Estás alterando mi mundo, y lo más insolito es que dejo que lo hagas. Comienzo a pensar que la sangre con la cual fui bendecido es mi perdición ahora, pero siempre he hecho lo que he querido y no será la excepción ahora.

Lo soltó con la delicadeza que lo caracterizaba y salió de la habitación, Naruto se deslizó por la puerta, preso de la agonía producida por los recuerdos y Sasuke Uchiha, que parecía no querer dejarlo en paz.

-Maldita sea… ¡Maldita sea! Si tan sólo no fuese un doncel… ¡detesto esto!

Su cuerpo cayó sobre el alfombrado piso. Ignoró todo, las lejanas pisadas de Sasuke, el sonido de los pajaros, la promesa hacia sus amigos.

Lo único que logro aparecer en su mente fue un juramento.

Lo haría, escaparía de ese lugar a toda costa.

Publicado en Nuestra historia en esta región | Deja un comentario

NHEER: Capítulo 2

Un día después de la presentación oficial de donceles, Sasuke se encerró en la biblioteca de su hogar, aquella que poseía todos los libros relacionados con los donceles.

Leyó y leyó, agotando su cuerpo y volviendo borrosa su visión producto del dolor de cabeza, ordenando a una de las tantas sirvientas que llevase sus alimentos a la habitación, estableciendo que cualquier interrupción sería duramente castigada.

La noche se hizó notar a través de las ventanas, cubriendo el cuarto de una espesa capa de oscuridad.

Golpeó la mesa, desesperado por la nula recopilación de datos.

Seguía desconociendo las palabras de Naruto.

-Mierda -Musitó.

Si la información no se hallaba ahí era porque no la tenía. Ignorando el desorden formado por los libros desparramados sobre la mesa partió a la mansión que habitó en su niñez. Los sirvientes se acercaban con recados, peticiones y tareas sin embargo la prioridad de Sasuke era descubrir la historia que con tanto disgusto mencionó Naruto. El podía hacer y deshacer en la mansión, siempre y cuando respetara las normas dictadas por su padre, por lo tanto los servidores de aquel sitio no detenían su apresurada caminata ni se dignaban a consultarle el motivo de la repentina visita, ni siquiera permitió que el secretario le informara sobre su presencia a Fugaku Uchiha, él, el joven rebelde y prepotente, siempre había actuado de esa manera, arrinconando en su mente los regaños de su progenitor.

-Esa no es forma de ingresar Sasuke -Le reprochó su padre dejando de lado los documentos que revisaba.

-No dirías lo mismo si tuviese siete años -Se dejó caer sobre el sofa.

-Por lo mismo, eres un adulto. Supongo que vienes para confirmarme el trabajo que te pedí.

-En realidad no, no estoy al tanto, pero estoy aquí. Dilo.

-Pronto se llevará a cabo la selección -Sasuke asintió-. Es de suma importancia actuar correctamente, de esta forma evitaremos errores en las investigaciones. Necesito que vayas personalmente al recinto de los donceles.

-Posees decenas de funcionarios altamente capacitados.

-Pero ninguno posee tantos conocimientos sobre donceles como tú, además todos trabajan arduamente en la selección. Sólo los miembros del clan ejecutaran esta tarea.

Sasuke suspiró, descontento por su nueva labor.

-Este es el listado de donceles con los que debes tratar.

Lo recibió y en seguida leyó cada nombre. Sonrió con satisfacción.

Se levantó dispuesto a comenzar su tarea.

-¿Cuál es la razón por la que viniste, hijo?

-Algo sin importancia.

Volteó, apretó la planilla y desapareció del despacho.

El recinto de los donceles se encontraba en los límites de la región, aislado de la comunidad. Era un suedo-pueblo donde circulaban los donceles y algunos funcionarios, si no fuese los los grandes muros que rodeaban el perímetro perfectamente olvidarían que se trataba de un recinto. Estaba completamente equipado para simular adecuadamente el desarrollo normal de la vida de los donceles ya que la salida -hacia la ciudad habitada por varones y damas- por voluntad propia estaba prohibida.

Al día siguiente el muchacho ya pisaba el sector de los donceles. Sasuke ni siquiera se veía en la obligación de presentarle al portero el documento que certificaba la capacidad de acceder a cualquier hora, Sasuke Uchiha era una especie de segundo o tercer lider, lo cual le permitía desplazarse con libertar por todos los lugares existentes.

Le molestaba ser visto con asombro y en algunos casos con admiración, pero no podía evitarlo. Su natural porte altivo destacaba, siendo considerado el centro de atención.

Los donceles en ese horario se encontraban en sus habitaciones individuales, descansando probablemente. El reloj marcaba las cuatro de la tarde, tenía tiempo suficiente para realizar -y disfrutar- bien su trabajo. No siguió el orden del listado, comenzaría por el muchaco ubicado en el puesto número tres.

Sasuke poseía una copia de las llaves del recinto, incluyendo la de las habitaciones, pero decidió no ocuparla.

Despues de todo ansiaba agradarle a Naruto, y es que Sasuke se había enamorado a primera vista, aunque no se permitía aceptarlo.

Golpeó un par de veces la lisa madera, a los pocos segundos la puerta fue abierta dejando a la vista al sorprendido doncel rubio. Temeroso de ser observado por algun trabajador hizo una reverencia. Sasuke sólo lo vio y entró a la habitación, cerrando la puerta con la llave.

-Tienes una manía con encerrarnos Uchiha -En cualquier otra situación lo hubiese dicho con gracia, sin embargo su visita no era de su agrado-. ¿Cumpliendo tu palabra?

-Sientate -Ordenó-. Esto será una especie de entrevista y será mejor que cooperes.

-¿Entrevista de qué? -Sasuke creía que no era el momento apropiado, aunque de cualquier forma terminaría enterándose.

-Para la selección.

-¿Qué es la selección?

-Tu futura pareja.

Fue muy reducido el tiempo de asimilación.

-¿¡Qué? ¿¡Además de tenerme encerrado toda mi maldita vida eligirán mi pareja! ¡Ustedes están locos! ¡No dejaré que decidan mi vida! ¡Maldito tú y tu pueblo Uchiha!

-Si pudiese evitarlo Naruto… lo haría-Le aseguró caminando hacía él.

-¡Mentira! ¡Esto es culpa tuya! No son quienes para manejarme, yo soy dueño de mi vida y no ustedes.

-Esto es para la región, este pequeño sacrificio beneficiará a todos.

-Esta es tu región Uchiha, no me interesa, es más, deseo que no logren prosperar.

Era increiblemente sencillo, Naruto con sólo decir unas cuantas frases conseguía enfurecer a Sasuke. Atrapó entre sus manos sus hombros, estampó su cuerpo en la cama y se situó sobre él. Fue suficiente para callar a Naruto unos minutos.

-Tú, tú y tu maldito discurso me exasperan. Sigo desconociendo el motivo de tu odio hacia mi pueblo, prontó lo sabré y quizas estás en todo el derecho a gritar blasfemias, pero por ahora tendrás que aceptarlo, esta región con todo lo que conlleva es tu nueva región, tu nuevo hogar. Aceptalo.

Naruto sintió el famoso nudo en su garganta, advirtiendole lo que seguiría. Mordió su labio mientras las lágrimas recorrían sus mejillas, otras desviadas por la posición de su cabeza se escabullian en sus dorados cabellos.

-No lo haré, jamás. Ya tuvieron bastante con devastar mi existencia. No te atrevas a ordenarme que aprecie tu región, ella es la culpable de mi infelicidad.

No sabía que hacer, ¿debía marcharse sin haber obtenido la información? ¿debía abrazarlo y calmarlo entre sus brazos? ¿tenía que preguntarle su historia y ofrecerse como confidente?

Su enamoradiza mente le entregaba una y mil opciones, no obstante les parecia tan pobres en aquel momento.

Naruto cubría su rostro con sus manos, los espasmos rozaban los brazos de Sasuke, posicionados a los costados del cuerpo del doncel. Totalmente inexpertó consideró que debía ser delicado, llevó su mano hacia la mejilla marcada por tres lineas.

-¡No me toques!

De un manotazo impidió que lo acariciara, sin embargo Sasuke capturó su mano y la apresó fuertemente pero sin dañarlo.

-Si tan sólo supiese que es lo que provoca tu llanto Naruto.

-Pregúntaselo a tu familia… y cuando sepas su versión cuéntamela, veremos que tan falsos y creativos son.

Limpió y secó cualquier rastro de líquido de su rostro con la tela de su fino chaleco. Sasuke aprovechó el estado de sumición. Tocó su suave rostro, intentando memorizar la textura de su piel. El doncel ni contento ni asqueado por el contacto accedió en silencio, preguntandose por qué Uchiha hacía tales -descaradas- acciónes.

Si no fuese perteneciente a ese clan sufriría una gran penalización.

El contacto físico -más allá de un simple agarre- entre donceles y varones o damas estaba prohibido. En ese momento Sasuke estaba sobre Naruto, infringiendo las reglas, pero los donceles las desconocía ya que mientras los varones y damas las supiesen bastaba. Asimismo lo que sucediese en esa habitación sería un secreto.

Sasuke no deseaba seguir tocandolo, pero le era inevitable. Su quizas efímero amor por Naruto le impedía alejarse, aun sabiendo que si desarrollaba ese sentimiento sufriría. Porque tal vez la pareja eterna de Naruto no sería él.

-No te molestaré por lo que resta del día-Habló Sasuke-Pero pronto vendré a hacer la… entrevista.

Naruto asintió, un poco aturdido por el mágico ambiente que los envolvía. El adulto joven se levantó ordenando sus ropajes.

El sonido de las bisagras le indicó que Sasuke se había marchado, fue el momento preciso donde el mismo Naruto abofeteó su mejilla.

-No seas estúpido Naruto, deja de hacer eso-Se reprendió-No debes atarte a algo de este lugar.

Porque su desprecio seguía vivo y lo último que hace unos días deseaba era involucrarse con algún habitante, en especial con un Uchiha.

Publicado en Nuestra historia en esta región | Deja un comentario

NHEER: Capítulo 1

En el instante en que sus ojos se toparon con los de ese doncel, nada siguió siendo lo mismo.

Apretó entre sus manos la madera en la que posicionaba sus antebrazos de la cómoda silla en la cual estaba sentado, se recargó sobre el respaldo de esta producto de la impresión y su visión siguió cada uno de sus pasos. Tenía entendido que el descontrolarse con sólo contemplar a alguien y que tu corazón se agite son señales de experimentar el amor a primera vista, pero al reflexionar recordó que simplemente era una reacción química, por lo tanto no es eterno y no debía darle la importancia necesaria.

Sin embargo es imposible apaciguar las sensaciones que embargan a los afectados, cualquier persona es incapaz de mantener tal razonamiento si un nuevo sentimiento ciega el juicio.

Todo cambia.

En total eran 34 donceles, todos silenciosos, todos inexpresivos a excepción de aquel ser que lo había cautivado. Ese muchacho sonreía sin importarle quebrantar las reglas impuestas por la familia principal de la región, analizaba su entorno con indiscreta curiosidad.

El director del recinto donde vivían los muchachos indicó que era momento de la presentación personal. Sasuke ignoró cada discurso dado por los jovenes, prefirió examinar las características físicas que poseían en común aunque al ser miembro del clan Uchiha, el clan que reinaba en aquella zona, conocía a la perfección todos los detalles que involucran a los donceles.

Pero era la primera vez que veía uno en persona.

Comprobó la veracidad de los escritos en sus libros. Los jovenes que ingresaba en la categoría de «doncel» gozaban de unas preciosas iris, verdes, grises, cafes, violetas…

Azules, intensos ojos azules.

Cada habitante era capaz de identificarlos, ya que los donceles -además de las mujeres que podían tener cualquier color- eran los únicos que no tenían iris de color negro.

La voz escandalosa y entretenida de un muchacho rubio lo distrajo de su tarea, concentró toda su atención en el maravillandose por el solo hecho de escucharlo.

-¡Mi nombre es Naruto Uzumaki! y tengo diesiciete años-

La severa mirada que le dedicó el director le obligó a inclinar su cuerpo, haciendo una reverencia.

El resto de la jornada transcurrió con normalidad, cada doncel estaba rodeado de cinco a diez individuos que los interrogaban. Era todo un misterio lo que corría por sus mentes, además varios varones ya mostraban preferencias.

Sasuke buscó en el amplio salón a Naruto, luego de unos minutos caminando por el lugar lo encontró, hablaba efusivamente con seis jovenes. Las mujeres al parecer no les interesaba interactuar con ellos. Al dirigirse hacía él los hombres que le hacían compañia se despidieron rápidamente y se marcharon, Naruto extrañado por el repentino termino de la conversación imitó el gesto.

Era de conocimiento local que cuando un Uchiha se interesaba por algo no se debía intervenir, y es que eran escasas las ocasiones en las que los miembros de la familia principal actuaban de tal manera. Además Sasuke no tenía un caracter agradable, era mejor ahorrarse posibles conflictos.

Naruto observó al adulto joven de cabellos oscuros acercarse, como dictaban los modales de los donceles -aunque detestaba seguirlos- debía inclinarse ante todos los varones y damas, le resultaba ofensivo. Sasuke ladeó la cabeza.

-Sasuke Uchiha.

Se sorprendió al saber que su nuevo acompañante era un importante personaje. Sólo había escuchado su nombre en el recinto donde lo describían como un significativo miembro de la administración de la región, por lo cual significaba un gran honor tenerlo al frente pero el doncel no pensaba del mismo modo.

-Naruto Uzumaki -Le sonrió-. ¿Podemos ir a un lugar más privado?

El Uchiha, totalmente emocionado pero fingiendo que aquella petición no le impactó, asintió. Le ofreció su brazo. Naruto estuvo a punto de protestar y gritarle que no era una dama, era un varón -con otras cualidades- al igual que él, pero ocultó muy bien su molestia, entrelazó su brazo y lo siguió.

Subieron las escaleras, el bullicio de la celebración se desvanecía dejando en su lugar el encantador silencio, Naruto supo que se dirigían al fantástico balcón que presentaba a sus visitantes la más espléndida vista de la ciudad. Una vez dentro Sasuke cerró la puerta, asegurandose de no ser interrumpidos.

Volteó con lentitud su cuerpo, ansiando charlar con el atractivo doncel pero un fuerte golpe en su mejilla lo hizo retroceder hasta chocar contra la puerta.

-¿Qué…? -Musitó, aturdido por la situación.

-¡No sabes cuanto deseaba hacer esto! ¡Aunque sea a un maldito Uchiha de este lugar!

-Espera, ¿Qué te sucede? -Demandó saber, no entendía el violento comportamiento.

-Claro, aparenta desconocer la realidad. Se que ahora estoy en problemas pero no me importa, no tienes idea de lo bien que me siento -Le sonrió, a pesar de lo enfurecido que estaba-. Realmente deseo que todos ustedes y su maldito pueblo perezcan, corrompidos por el sufrimiento y la desdicha.

-No me has aclarado mi duda, maldito doncel -El ser llamado de esa forma descolocó a Naruto-. Explícate si no quieres vivir el resto de tu vida atrapado en ese recinto.

-Deja de ser tan cínico, estúpido Uchiha. ¿Realmente creeré que no sabes? Si fuese así permiteme burlarme de tí, te han mentido o no confían en ti.

-Quien diría que habría un doncel descarriado. Debieron hacerte algo muy cruel -Supuso con ironía-. Es increible que hayas osado golpearme, tienes agallas.

-Habla como el maldito varón que presumes ser, deja de decir falsedades. Se supone que todo esto es para el beneficio de este lugar, pero haré que se arrepientan de tenerme. Ahora -extendió su mano-, dame la llave.

-¿Quién te crees para darme ordenes? -Tomó fuertemente su muñeca, arrancandole un gemido de dolor-. No lo repetiré de nuevo así que escucha bien mis palabras y responde: ¿Por qué el odio por mi familia?

-No me interesa contestarte -Se removió y caminó hacia la puerta-. ¡Dame la puta llave!

Sasuke, harto de su comportamiento lo empujó, impactando su cuerpo contra la pared, ensuciando la blanca tela del kimono que vestía Naruto, giró su cuerpo y sujetó su barbilla sin delicadeza. El muchacho rubio intentó escaparse del potente agarre, lo único que podía desviar era su mirada.

-¿Crees que podrás marcharte con la gloria de haberme tocado? -Preguntó Sasuke-. Un niño insolente que simula simpatía y sumisión, todo un teatro, déjame felicitarte porque lograste engañarme. Sin embargo eso no durará demasiado.

-¿Qué Sasuke Uchiha? ¿Qué pretendes hacer conmigo? Vamos, ¡demuéstramelo! -Le incitó-. No puedes, ¿cierto? Hazme el favor de no proclamar amenazas, no puedes hacerme daño.

-No te daré la satisfacción de recibir una sanción directamente, ya lo sabes. Puedo destruirte -Presionó su cuerpo, intimidandolo.

-Como tu destruiste a mi familia, ¿cierto? ¡Es la única mierda que saben hacer, malnacidos! -Calmó su respiración, si continuaba esa conversación perdería el control-. Si tanto deseas saber el porque de mis insultos, averígualo.

Sasuke aflojó su agarre, Naruto aprovechó y alejó su cuerpo, luego acomodó su vestimenta. No volvió a observar al Uchiha. Recargó su cabeza sobre la puerta.

-No me importa lo que me hagan -susurró-. Sólo abre esta puerta y déjame salir, después de todo tu familia no te recriminara el hecho de volver solo al salón, yo seré el que sufra las consecuencias de mi irrespetuosa e imprudente actitud. Vamos, abre.

Al notar el decaido tono de voz utilizado y la nostalgica mirada optó por ser amable, no creía que ese doncel estuviese loco y ese fuese el motivo de la reciente situación. Definitivamente investigaría y juzgaría si la causa que impulso a Naruto era razonable.

Se acercó y atrapó su brazo con el propio, al igual que en un principio, ignoró el sobresalto de Naruto y la insistente mirada que solicitaba una explicación.

Sasuke sólo quería evitar problemas, para él y para Naruto.

Abrió el cerrojo y con el la puerta. Cambió su expresión facial a una de inquebrantable calma, el doncel le copió. Volvieron al salón donde varios conocidos y desconocidos les veían, pronto indagarían sobre el resultado del encuentro. Sasuke soltó su brazo e inclinó su cabeza, marcando la despedida, pero antes de marcharse aproximó su boca a la oreja de Naruto.

-Cuando sepa lo que tú no me quieres revelar -murmuró, sólo Naruto debía recibir el mensaje-, nos veremos de nuevo.

Naruto hizo la repetida reverencia y se quedo quieto.

¿Realmente un miembro del clan Uchiha no conocía el atroz acto que habían cometido?

Suspiró, creyendo por un instante que fue incorrecto despertar incertidumbre. Pero ya nada cambiaría.

Al demonio los próximos dilemas causados por el odio que guardaba en su alma, de alguna manera tenía que liberar tanto sufrimiento, necesitaba ver a todos los que originaron su desgracia rogar por sus vidad.

Partiendo por destruir la realidad que vivía Sasuke Uchiha.

Publicado en Nuestra historia en esta región | Deja un comentario

Well

Hola gente, les informo que soy Buuhraw de ff.net y que la página no me permite subir absolutamente algún documento, ni siquiera modificar los ya existentes. Pensé en crear una nueva cuenta pero na’, temo que suceda lo mismo :c
Esperé durante varios días por alguna reparación e informé, pero ya ven cual es el resultado, por lo cual me ahorraré los posibles problemas. Lo sé, que flojera leer por acá, pero espero que esto sea temporal.

Bueno, acá subiré la historia completa.

Adiós (:

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario